miércoles, 18 de julio de 2012

MARCHA NOROESTE, LLEGADA A EL ESPINAR, EL DÍA ANTERIOR A GUADARRAMA




Hace treinta días comenzó algo, un sueño materializado o a punto de hacerse...realidad. Fue el día 18 de junio cuando en mi caso, comencé una aventura, a las nueve y media salí desde la plaza do Obradoiro en Santiago de Compostela, dos semanas me esperarían en solitario arrastrando un carrito de la compra con mis pertenencias, mi saco de dormir, mi tienda de campaña, y una mochila. Dos semanas que nunca pensé que cumpliría, mucho cansancio, muchas lágrimas dejadas atrás por el camino, mucho sufrimiento pensando que jamás llegaría a León, y sin embargo, cuando todo estaba perdido, supe sacar fuerzas y llegué, lo conseguí, llegué a León. Allí me esperaba una familia, la de los asturianos, grandes personas con las que a lo largo de más de dos semanas he  podido compartir muchas cosas propias del que camina hacía lo incierto, que lucha contra el mañana en busca de un presente mejor. Y ahora, con mis nuevos hermanos de Avila y Salamanca, aquí estoy, a un día de hacer historia cruzando Guadarrama en un pueblo llamado el Espinar, a cinco kilómetros de San Rafael, a treinta y cinco de nuestra parada, Collado Villalaba, y a tres días de conquistar Madrid. La sensación que tengo por dentro es indescriptible, siento mucha emoción, que el sueño por fin se cumple, el sueño por una dignidad humana en estos tiempos, pérdida. Y es por ello, que ahora es cuando realmente hay que pelear, pelear hasta el final, y si es necesario caer, caer con dignidad, con honor hasta la muerte si es necesario...

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Y amaneció la mañana del dieciocho de junio, muchos teníamos miedo, sabíamos que estabamos a un día de Guadarrama, y los veteranos por así llamarnos conocíamos bien la zona al igual que el pueblo de Villacastín donde dormimos el año pasado bajo la Marcha Indignada. Pero hoy por diversos motivos que no cito, iríamos a El Espinar, a cinco kilómetros de San Rafael, y desde allí cruzaríamos el túnel de Guadarrama. Así pues la etapa de hoy sería corta, veintidós kilómetros que hablando sobre la esencia de la vida, la semilla del apego y el des-apego, aquella esencia que tras la vida, tras la muerte, siempre perdura, se nos hicieron cortos. Así pues al pasar por una gasolinera montamos una pequeña manifestación durante la cual recorrimos todo el pueblo siendo muy bien acogidos por el pueblo, llegando a ocupar durante media hora la plaza mayor en la que descansamos y la gente nos dio algo de comer. Tras ello fuimos al polideportivo, con duchas, y allí nos dispusimos a curar nuestros destrozados pies, llenos de ampollas, que apenas nos dejaban caminar, así como comer y beber, y pasar el día charlando sobre lo de Guadarrama, como se organizaría. Así pues, se organizó una pequeña asamblea en el pueblo y nos fuimos a descansar. A pocas palabras de este capítulo, mañana nos tocaría una larga jornada, por lo que en aquellos momentos en los que redactaba estas palabras, debía mantener mi fe y mi esperanza en que lucharíamos. Teníamos miedo, era cierto, de todas las edades, la Guardia Civil se había presentado para presionar e intentarnos hacer firmar un papel en el que alguien diera la cara, y en caso de problemas pagará por todos. Y la respuesta fue tajante, un NO, pues uno eramos todos y todos era uno, por lo que en un principio caminaríamos con la seguridad de que tendríamos problemas, y de que lucharíamos. Y ahora, solo cabía la opción de esperar, de rogar al destino fuerza para afrontar las últimas etapas de este camino, pues a cada paso que dábamos sentíamos el olor a humo de un Madrid que estaba en llamas, y nosotr@s, la compañía Noroeste, hacía allí, con paso firme, nos dirigíamos a combatir por la dignidad del ser humano, más allá de todo lo que nos apega en esta vida terrenal, y por encima de todo ello...¡LA LIBERTAD!

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1 comentario:

  1. Vuestra lucha es digna y la comparto,pero la dignidad no pasa por dar la vida,ni por perder el juicio,si no por actuar con cabeza respeto y....entonces tendreis la dignidad que buscas.Esto no es una batalla que hay que ganar,son unos derechos por los que hay que luchar con la palabra, lealtad,amor y dignidad.

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